La posesión efectiva es un procedimiento legal que se realiza después del fallecimiento de una persona para llevar a cabo la distribución de sus bienes y propiedades entre sus herederos o legatarios de acuerdo con la ley y, en su caso, con lo dispuesto en su testamento. Este procedimiento tiene como objetivo principal formalizar la transferencia de la herencia a los beneficiarios legales y resolver cualquier conflicto que pueda surgir entre ellos.
En la posesión efectiva, se verifica la existencia de un testamento válido, en caso de que lo haya, y se determina quiénes son los herederos legales en ausencia de un testamento o cuando este no cumple con los requisitos legales. Además, se procede a inventariar y valuar los bienes y deudas del fallecido, liquidar las deudas pendientes y distribuir los activos restantes entre los herederos de acuerdo con la ley aplicable.
Una vez completada la posesión efectiva, los herederos o legatarios adquieren legalmente la propiedad de los bienes y propiedades del fallecido y pueden disponer de ellos según lo estipulado en la ley o en el testamento. Este procedimiento varía en sus detalles según la legislación de cada país, pero en general, busca garantizar una distribución justa y ordenada de la herencia.